Tecnología, capacitación y sostenibilidad: liderando la transformación de la manufactura

¿Cómo la sinergia entre innovación tecnológica, desarrollo del capital humano y prácticas sostenibles se convierte en el pilar para transformar industrias, potenciar la competitividad y asegurar un futuro sostenible?

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En la era de la revolución tecnológica, el éxito empresarial trasciende la mera adopción de nuevas herramientas para enfocarse en la integración estratégica de la tecnología, la capacitación continua y la sostenibilidad.

Conversamos con Jerónimo E. García de Brahi, CEO de Grupo Forem, sobre la importancia de adoptar un enfoque holístico que prepare a las empresas para enfrentar los desafíos del mañana, destacando el papel esencial de una mentalidad proactiva y un compromiso con la responsabilidad social.

Una industria en constante cambio

En un mundo donde la tecnología evoluciona a un ritmo vertiginoso, su papel dentro de la industria ha trascendido el de ser meramente una herramienta para convertirse en un catalizador esencial de cambio, innovación y eficiencia. Para Jerónimo, este dinamismo tecnológico ofrece una ventana de oportunidades sin precedentes para las empresas que buscan no solo sobrevivir, sino prosperar en el competitivo mercado actual.

Sin embargo, adoptar esta ola de innovación requiere más que solo la incorporación de nuevas herramientas. Para las empresas, esta transición representa distintos desafíos que para Jerónimo son clave a la hora de aprovechar eficazmente la tecnología e impulsar su competitividad y sostenibilidad a largo plazo.

La revolución de los ecosistemas digitales en la industria

La tecnología se ha convertido en un motor esencial para el cambio en todos los sectores de la industria. Según Jerónimo, además de facilitar procesos, también impulsa la innovación y la eficiencia en las empresas. “Creo que la tecnología ha migrado un poquito su rol (…) Hoy es casi imposible hablar de una transformación de un modelo de negocio, de un producto, de una empresa, sin hablar de esta como una parte fundamental” comenta.

Sin embargo, para Jerónimo, el rol activo de la tecnología está sujeto a varios condicionales. El primero se relaciona con la democratización de las herramientas, lo cual es vital para que las empresas puedan acceder a ellas. “Sin duda es un generador de cambio, pero el cambio pasa si y solo si la tecnología está masivamente accesible, está democratizada” comenta. En la misma línea, es imperativo que las herramientas sean fáciles de utilizar y que solucionen problemas reales.

Si bien hay planes que sobre el papel se ven increíbles, a la hora de ejecutarlos pueden resultar muy difíciles o definitivamente cuestas demasiados recursos y no solamente económicos. Frente a esto, Jerónimo es enfático: “No quiero decir que no requiera un esfuerzo, por eso en el Grupo Forem tenemos una iniciativa que es 100% focalizada en capacitación, pero sea cual sea la solución que adquiera la empresa, debe ser realizable, modular y sobre todo transicional”.

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Por otro lado, las soluciones deben partir de problemas puntuales para ser 100% efectivas, algo de lo que Jerónimo es partidario y que promueve junto con su equipo. “Nosotros cada vez que pensamos en cosas que queremos proponer al cliente, nos enamoramos del problema antes de enamorarnos de la solución, identificamos cuál es el problema, qué necesita solucionar el cliente y si realmente lo que le vamos a proponer responde a eso” comenta.

Finalmente, la tecnología exige que las empresas no solo adopten nuevas herramientas, sino que las integren de manera estratégica para transformar sus operaciones y modelos de negocio. “Nosotros estamos convencidos de que la tecnología no tiene valor per se, si no tiene una implementación en campo palpable” comenta.

De ahí que la capacidad de adaptarse y utilizarla de manera efectiva se convierte así en una ventaja competitiva crucial en el mercado actual.

Industria 5.0 y el contexto latinoamericano

De la mano de la revolución tecnológica surge la incógnita de si el continente está preparado para la transición hacia la Industria 5.0. Para muchos, es una realidad lejana, pero para otros el panorama es mucho más positivo. Sea cual sea la posición, esta transformación presenta una oportunidad única para países en desarrollo y economías emergentes, incluyendo a América Latina, y por supuesto diversos desafíos.

Para Jerónimo, una de las barreras más grandes en la adopción de nuevas tecnologías no se relaciona específicamente con la capacidad técnica o los recursos, sino con el mindset. Para él, la disposición para aprender, adaptarse y romper con la resistencia al cambio es fundamental.

“Una de las cosas que nosotros queremos cambiar desde el grupo Forem es esa visión de que incorporar esa innovación está muy lejos y es muy difícil. La verdad, el primer paso depende de esto, del mindset, de estar dispuesto a dar el paso, aprender cosas nuevas y a romper un poquito esa resistencia al cambio. Pero sinceramente no nos veo tan lejos, al contrario, soy muy positivo” comenta.

Para Jerónimo, la región, y específicamente México, ha presentado avances significativos dentro del sector tecnológico que indican que no está tan lejos de alcanzar esta nueva etapa de desarrollo industrial como se podría pensar. Esto se ve especialmente reflejado en el ámbito de la inteligencia artificial y la visión computacional, así como en el desarrollo de soluciones médicas.

Es el caso, por ejemplo, de Introid, que simboliza la apuesta del grupo por la vanguardia tecnológica, liderando en inteligencia artificial e industria 4.0, computer visión y machine learning.

Por otro lado, está Bioana, una de las empresas estrella del Grupo Forem, que ha sabido aprovechar el boom del nearshoring, enfocándose en el desarrollo y producción de dispositivos médicos de alta calidad. Esta estrategia no solo ha permitido a Bioana responder con agilidad a las necesidades del mercado, sino que también ha fortalecido el ecosistema de innovación en Monterrey, convirtiéndolo en un hub de referencia para la industria médica.

Valen la pena destacar que esta ciudad se ha convertido en los últimos años en un foco de innovación y capacitación especializada que han permitido posicionar al país como líder en el desarrollo y diseño de tecnologías avanzadas.

“Acá tenemos 15 personas que son doctorados en ciencia de datos e inteligencia artificial, 35 especialista en inteligencia artificial, mexicanos (...) Y yo creo que el mercado lo está viendo” concluye Jerónimo.

La importancia de la capacitación y el aprendizaje continuo

Hoy, el ritmo acelerado con el que avanza la tecnología hace que la actualización constante de conocimientos no sea solo una recomendación, sino más una necesidad.

Las empresas deben invertir en la formación de su personal, asegurando que sus equipos no solo comprendan las nuevas tecnologías, sino que también sean capaces de implementarlas de manera efectiva. Esta inversión en capital humano mejora la competitividad de la empresa y también contribuye al desarrollo profesional y personal de sus empleados.

Este punto es especialmente importante en el marco de una inminente crisis de mano de obra en el continente. Para Jerónimo, el componente educativo sobresale como un elemento clave captar la fuerza laboral y sobre todo para mantenerla actualizada.

“México tiene muy buena mano de obra, muy bien formada y eso ha hecho que a través del tiempo el país se haya transformado no solamente en un hub de producción, sino en un centro de Investigación y desarrollo (…) Pero creo que los conocimientos están avanzando cada vez más rápido, haciendo que se venzan con la misma velocidad y eso pone un desafío importante: mantener a nuestra mano de obra siempre actualizada y con los conocimientos que tienen que tener” comenta Jerónimo.

El proceso de aprendizaje continuo es vital para garantizar que la mano de obra, además de mantenerse relevante, también contribuya de manera efectiva al crecimiento y la innovación en sus respectivos campos. Esto no significa necesariamente "desaprender" lo que ya se sabe, sino más bien construir sobre el conocimiento existente y expandirlo para incluir nuevas habilidades y competencias. Así, la capacidad de adaptarse y aprender de manera continua se convierte en una ventaja competitiva crucial.

Las empresas juegan un papel vital en este aspecto, proporcionando oportunidades de capacitación y desarrollo profesional para sus empleados. De acuerdo con Jerónimo, invertir en la educación y la capacitación de la fuerza laboral no solo beneficia a los individuos, mejorando sus perspectivas de carrera y satisfacción laboral, sino que también impacta a las organizaciones al mejorar su innovación, productividad y capacidad para adaptarse a los cambios del mercado.

Sustentabilidad y responsabilidad social empresarial

El mundo es cada vez más consciente de la importancia de proteger el medioambiente y de asegurar un futuro para las próximas generaciones. Por supuesto, la industria no ha sido ajena a esta tendencia, por lo que las empresas hoy tienen la responsabilidad de incorporar prácticas más sostenibles en sus operaciones.

“Cada cosa que nosotros ofrecemos o analizamos con el cliente también lo analizamos con lentes de sustentabilidad, si hace más eficiente su proceso desde el punto de vista económico, el punto de vista de costo, pero también si lo hacen más sustentable, menos contaminante, si lo hace producir menos residuos, si es sostenible en el tiempo” comenta.

De acuerdo con Jerónimo, esta tendencia no solo se relaciona con el cumplimiento de la agenda 2030, sino con la necesidad cada vez más latente de las empresas de incorporar estas prácticas a sus objetivos estratégicos.

Finalmente, el CEO destaca cómo la tecnología puede ser una aliada en este objetivo, permitiendo a las empresas optimizar sus procesos, reducir el desperdicio y minimizar su huella ambiental.

Sin duda, la tríada de tecnología, capacitación y sostenibilidad se han convertido en un elemento esencial para la industria. Esto debido a que la integración estratégica de avances tecnológicos, junto con una inversión continua en el desarrollo de habilidades y prácticas sostenibles, es crucial para las empresas que buscan mantener su competitividad y contribuir positivamente al bienestar social y ambiental en el siglo XXI.