Sensores de gases: definición, características, aplicaciones, tipos y beneficios
Sensores de gases: definición, características, aplicaciones, tipos y beneficios
Comunicate con el proveedor:
!noticia guardada!
La detección y monitorización de gases son aspectos fundamentales en una amplia gama de industrias y entornos, desde la seguridad en el lugar de trabajo hasta, la protección del medio ambiente y la salud pública.
En este contexto, los sensores de gases juegan un papel crucial al proporcionar una herramienta esencial para la identificación y cuantificación de gases en el aire. Esta nota se adentra en el fascinante mundo de los sensores de gases, explorando su definición, características técnicas, aplicaciones prácticas en diversos campos, los diferentes tipos de sensores disponibles y los beneficios que ofrecen en términos de seguridad, eficiencia y sostenibilidad.
¿Qué son los sensores de gases?
Son dispositivos fundamentales en diversos campos debido a su capacidad para detectar y medir la presencia de gases específicos en el entorno. Funcionan mediante la conversión de la interacción entre el gas objetivo y el sensor en una señal eléctrica o digital que puede ser procesada y utilizada para tomar decisiones en tiempo real. La tecnología utilizada puede variar según el tipo de gas que se desea detectar, así como el entorno y las condiciones específicas de la aplicación.
Estos sensores pueden diferir en su principio de funcionamiento y diseño, pero en general, suelen estar compuestos por una parte sensora que interactúa con el gas objetivo y una parte electrónica que convierte la señal en un formato legible. Entre los principales tipos de sensores de gases se encuentran los electroquímicos, los semiconductores, los ópticos, los catalíticos y los de infrarrojos, cada uno con sus propias características y aplicaciones específicas.
¿Cómo funcionan los sensores de gases?
Cada tipo de sensor tiene un método único para interactuar con el gas objetivo y convertir esa interacción en una señal que puede ser interpretada y utilizada para tomar decisiones. Principalmente, una vez que se ha detectado el gas, la señal generada por el sensor se procesa electrónicamente y se convierte en una forma legible, como una salida analógica, digital o una indicación visual en un display. Esta información puede ser utilizada por sistemas de control, alarmas o equipos de monitoreo para tomar acciones adecuadas, como activar sistemas de ventilación, activar alarmas de seguridad o enviar notificaciones a los operadores.
La sensibilidad, la selectividad, la velocidad de respuesta y otros factores pueden variar según el tipo de sensor y el gas que se está detectando, lo que puede influir en su idoneidad para diferentes aplicaciones. Sin embargo, en general, los sensores de gas juegan un papel crucial en la seguridad, la salud y la protección del medio ambiente al proporcionar una detección rápida y precisa de gases potencialmente peligrosos en una variedad de entornos.
Sectores donde se emplean de los sensores de gases
- Industria manufacturera: Se utilizan para detectar la presencia de gases inflamables, tóxicos o asfixiantes en entornos de trabajo. Estos sensores ayudan a garantizar la seguridad de los trabajadores al alertar sobre posibles fugas de gas y activar sistemas de ventilación o evacuación.
- Minería: Son fundamentales para detectar la presencia de gases peligrosos, como el metano y el monóxido de carbono, que pueden acumularse en espacios confinados y causar explosiones o asfixia. Estos sensores se utilizan en equipos de protección personal y en sistemas de monitoreo continuo de la calidad del aire en las minas.
- Industria química: Se utilizan para monitorear la presencia de vapores o gases que puedan causar reacciones químicas no deseadas. Estos sensores se integran en sistemas de control de procesos y sistemas de alarma para detectar fugas de gas y prevenir accidentes graves.
- Agricultura: Se utilizan para monitorear y controlar los niveles de dióxido de carbono, amoníaco y otros gases en los invernaderos. Estos sensores ayudan a optimizar las condiciones de crecimiento de las plantas y a garantizar la seguridad de los trabajadores agrícolas al alertar sobre posibles acumulaciones de gases tóxicos.
- Sector residencial y comercial: Se utilizan para detectar fugas de gas natural, propano o monóxido de carbono en viviendas, edificios comerciales y lugares públicos. Estos dispositivos emiten una alarma sonora cuando detectan concentraciones peligrosas de gas, lo que permite a los ocupantes evacuar el área y tomar medidas preventivas.
- Automotriz: Los vehículos están equipados con sensores de gases de escape para monitorear las emisiones de gases contaminantes, como el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y los hidrocarburos. Estos sensores ayudan a garantizar que los vehículos cumplan con las regulaciones ambientales y a optimizar el rendimiento del motor mediante el control de la mezcla de combustible y aire.
- Investigación científica: Se utilizan para medir y analizar la composición del aire y de muestras de gas en experimentos y estudios ambientales. Estos sensores pueden detectar una amplia gama de gases y proporcionar datos precisos para investigaciones en áreas como la calidad del aire, la química atmosférica y la biogeoquímica.
- Seguridad pública y protección del medio ambiente: Se utilizan en aplicaciones de seguridad pública y protección del medio ambiente para monitorear y detectar contaminantes atmosféricos, como los gases de efecto invernadero, los compuestos orgánicos volátiles y los gases tóxicos. Estos se instalan en estaciones de monitoreo de la calidad del aire y en dispositivos portátiles para evaluar la exposición humana a contaminantes atmosféricos.
- Energía: Se utilizan para monitorear las emisiones de gases en plantas de energía, refinerías de petróleo y procesos de producción de combustibles. Estos sensores ayudan a garantizar el cumplimiento de las regulaciones ambientales y a mejorar la eficiencia de los procesos mediante el control de las emisiones de gases contaminantes.
- Aplicaciones médicas: Se utilizan en dispositivos de respiración artificial y anestesia para monitorear los niveles de gases anestésicos y asegurar una administración segura y controlada durante los procedimientos quirúrgicos.
Conozca sobre: Guía completa sobre los sensores de color
Tipos de sensores de gases
1. Sensores semiconductores
Los sensores semiconductores que emplean óxidos metálicos son herramientas esenciales en la detección de gases en diversos entornos, desde aplicaciones industriales hasta domésticas y ambientales. Estos dispositivos funcionan mediante una película delgada de material semiconductor, como el dióxido de estaño (SnO2), el óxido de indio (InO3) o el óxido de wolframio (WO3), que reacciona químicamente cuando entra en contacto con el gas objetivo.
La interacción entre el gas y la superficie del semiconductor provoca cambios en su estructura electrónica, lo que a su vez altera su resistencia eléctrica. Esta variación en la resistencia es medida y convertida en una señal eléctrica que indica la presencia y concentración del gas detectado. La eficacia de estos sensores radica en su capacidad para operar en una amplia gama de ambientes, incluyendo entornos húmedos, donde otros tipos de sensores podrían no ser tan efectivos.
Es importante destacar que la sensibilidad de estos sensores puede ser influenciada por la temperatura ambiente. Para mitigar este efecto, muchos sensores incorporan un sistema de calentamiento que mantiene la temperatura del semiconductor constante. Esto asegura una respuesta más estable y precisa del sensor ante diferentes concentraciones de gas.
Ventajas
- Consumen poca energía, lo que los hace adecuados para dispositivos portátiles y de bajo consumo.
- Ofrecen una larga vida útil.
- Son robustos y pueden soportar condiciones ambientales adversas.
Desventajas
- Sensibilidad limitada a concentraciones muy bajas de gases.
- Tendencia a la deriva y a la saturación en entornos con alta concentración de gases.
- Requieren un tiempo de calentamiento inicial antes de que puedan proporcionar mediciones precisas.
2. Sensores infrarrojos
Los sensores infrarrojos son dispositivos fundamentales en la detección de gases en una amplia gama de entornos, desde aplicaciones industriales hasta la seguridad en el hogar. Funcionan utilizando emisores y receptores de luz infrarroja, donde la presencia de gases en el ambiente afecta la potencia de transmisión entre estos componentes. Esta alteración en la transmisión de luz infrarroja es crucial para determinar qué tipo de gas está presente.
El principio de funcionamiento de estos sensores se basa en el hecho de que los gases absorben energía emitida a una longitud de onda específica en el espectro infrarrojo. Es decir, cuando la luz infrarroja incide sobre los gases presentes, estos absorben parte de la radiación infrarroja, lo que resulta en una reducción en la intensidad de la emisión que llega al receptor. Los gases que contienen más de un tipo de átomo, como el dióxido de carbono (CO2) o el metano (CH4), son particularmente buenos absorbentes de radiación infrarroja y, por lo tanto, pueden ser detectados eficazmente por estos sensores.
Es importante señalar que los sensores infrarrojos están diseñados para captar gases explosivos, aunque también pueden detectar otros tipos de gases, como el CO2 y el CH4. Sin embargo, los gases que consisten en un solo tipo de átomo, como el hidrógeno (H2), no pueden ser detectados por este tipo de sensor debido a su incapacidad para absorber la radiación infrarroja.
En términos de durabilidad y estabilidad, los sensores infrarrojos son altamente confiables y tienen la vida útil más larga en comparación con otros tipos de sensores disponibles en el mercado. Se estima que pueden funcionar sin pérdida de propiedades ni desviación respecto a su configuración de fábrica durante un período de entre 7 y 10 años. Esta longevidad y estabilidad los convierten en una opción popular para una amplia variedad de aplicaciones de detección de gases.
Ventajas
- No tienen partes móviles, lo que los hace menos propensos a fallas mecánicas.
- Alta precisión y estabilidad a largo plazo.
- Capacidad para detectar gases a distancias considerables.
Desventajas
- Requieren una fuente de energía para la emisión de rayos infrarrojos.
- La detección puede ser afectada por la presencia de polvo o humedad en el ambiente.
- Pueden ser sensibles a variaciones de temperatura, lo que requiere una compensación adecuada.
3. Sensores ultrasónicos
Los sensores ultrasónicos son dispositivos fundamentales en la detección de fugas y cambios en el ambiente, especialmente en aplicaciones donde la precisión y la rapidez son críticas, como la detección de fugas en tuberías. Estos sensores utilizan emisiones ultrasónicas para monitorear el ruido de fondo del entorno en el que se encuentran, permitiendo detectar anomalías que podrían indicar la presencia de fugas de gases.
El principio de funcionamiento de estos sensores se basa en la emisión y recepción de ondas sonoras ultrasónicas, con frecuencias que generalmente oscilan entre los 25 kHz y los 10 MHz. Cuando se produce una fuga de gas en una tubería u otro sistema, esta fuga genera un sonido ultrasónico característico que es detectado por el sensor. La presencia de este sonido ultrasónico anormal indica la posibilidad de una fuga, lo que permite a los operadores tomar medidas correctivas de manera oportuna.
Es importante destacar que los sensores ultrasónicos no solo detectan fugas de gases, sino que también pueden utilizarse en una variedad de aplicaciones, como la detección de niveles de líquidos en tanques o la monitorización de procesos industriales. Su capacidad para operar en tiempo real y su alta sensibilidad los convierten en una herramienta invaluable para garantizar la seguridad y eficiencia en diversas industrias y entornos.
Ventajas
- Operación sin contacto, lo que reduce el desgaste y la necesidad de mantenimiento.
- Detectan fugas de gas en áreas difíciles de alcanzar.
- Altamente precisos y confiables en condiciones de ruido ambiental.
Desventajas
- Costo inicial y de instalación más elevado que otros tipos de sensores.
- Sensibilidad reducida a pequeñas fugas de gas.
- Requieren un algoritmo de procesamiento de señales complejo para interpretar los datos correctamente.
4. Sensores electroquímicos
Los sensores electroquímicos son ampliamente utilizados en la determinación de la concentración de oxígeno (O2) y en la detección de gases tóxicos como el monóxido de carbono (CO), sulfuro de hidrógeno (H2S), cloro (Cl2), óxidos de nitrógeno (NO, NO2 o NOX), entre otros. Estos sensores funcionan mediante la generación de señales eléctricas cuando detectan la presencia de un gas específico en el ambiente.
La estructura básica de estos sensores consiste en dos electrodos separados por una capa de electrolito, que puede ser líquida, sólida o en forma de gel. Cuando el gas de interés penetra en el sensor a través de una membrana permeable, y se aplica una tensión de polarización a los electrodos, se desencadena una reacción de reducción-oxidación (redox) en la interfaz gas-electrodo. Esta reacción genera una corriente eléctrica que es directamente proporcional a la concentración del gas detectado.
Los sensores electroquímicos son conocidos por su alta sensibilidad y capacidad para emitir señales de advertencia precisas a través de corrientes eléctricas cuando se detecta un gas peligroso. Además, la selectividad de estos sensores puede ser ajustada mediante el diseño de la membrana y la elección de los materiales utilizados en los electrodos y el electrolito, lo que permite la detección selectiva de gases específicos en entornos complejos.
Ventajas
- Alta selectividad y sensibilidad a una amplia gama de gases.
- Funcionan bien en entornos con cambios de temperatura y humedad.
- Tiempo de respuesta rápido y establecimiento rápido del estado estacionario.
Desventajas
- Sensibilidad a la interferencia de otros gases presentes en el ambiente.
- Necesidad de calibración y mantenimiento periódico.
- Limitaciones en la detección de gases no electroactivos.
5. Sensores catalíticos
Los sensores catalíticos, también conocidos como pellistores, son dispositivos fundamentales en la detección de gases combustibles debido a su asequibilidad y eficacia. Estos sensores operan mediante la oxidación catalítica del gas objetivo. Dada su importancia y disponibilidad generalizada para el público en general, profundizaremos en su configuración y funcionamiento.
Estos sensores están compuestos por dos bobinas de platino, ambas alojadas dentro de un material cerámico de alúmina. Una de estas bobinas está recubierta con un material catalizador, generalmente paladio, que facilita y acelera la oxidación del gas (conocida como elemento detector). La otra bobina no tiene este recubrimiento y actúa como elemento de referencia, siendo inerte en la oxidación del gas.
El principio de funcionamiento de este sensor se basa en la oxidación del gas en la superficie del elemento catalítico mediante el calor generado por una corriente eléctrica que circula a través de la bobina. Esta corriente eléctrica calienta las espiras hasta alcanzar una temperatura que oscila entre los 450°C y los 550°C, lo que facilita la oxidación del gas. Cuando el gas se oxida, lo que significa que ha sido quemado, se produce un aumento significativo de temperatura en la bobina recubierta (elemento detector) en comparación con la bobina de referencia.
Este desequilibrio térmico resulta en una variación en la resistencia eléctrica de las bobinas. El aumento de temperatura en el elemento detector provoca un aumento en su resistencia eléctrica, mientras que la resistencia eléctrica del elemento de referencia permanece relativamente constante. Esta diferencia en las resistencias eléctricas genera un desajuste en el circuito, lo que permite al sensor detectar la presencia del gas combustible en el ambiente.
Ventajas
- Detectan rápidamente cambios en la concentración de gases inflamables.
- Son insensibles a la presencia de oxígeno, lo que los hace útiles en entornos anaeróbicos.
- Operan a temperaturas moderadas, lo que reduce la posibilidad de daño por sobrecalentamiento.
Desventajas
- Pueden experimentar falsas alarmas debido a la presencia de sustancias interferentes.
- Sensibles a la contaminación del catalizador, lo que puede reducir su vida útil.
- Requieren un período de calentamiento inicial antes de que sean completamente efectivos.
6. Sensores PID
Los Sensores PID (Detectores de Fotoionización) son herramientas fundamentales en la detección de Compuestos Orgánicos Volátiles (VOCs), utilizados en una amplia gama de aplicaciones, desde la seguridad ambiental hasta la protección personal. Estos detectores son altamente eficientes y asequibles, capaces de medir concentraciones que van desde mil millones de partes por millón (ppb) hasta 15000 partes por millón (ppm), con una resolución adaptable en ppm, ppb, mg/m3 o µg/m3.
El principio de funcionamiento de un sensor PID implica el uso de fotones de alta energía emitidos por una lámpara ultravioleta (UV), que actúan sobre las moléculas de los compuestos orgánicos presentes. Cuando estas moléculas son excitadas por la luz UV, temporalmente pierden electrones y se forman iones cargados positivamente. Esta carga eléctrica resultante produce una corriente eléctrica, que es la señal de salida del detector. Cuanto mayor sea la concentración del compuesto orgánico, mayor será la cantidad de iones producidos y, por lo tanto, mayor será la corriente eléctrica medida.
Antes de seleccionar un detector PID específico, es crucial elegir el tipo de lámpara adecuado en función del potencial de ionización del compuesto que se desea detectar. Este potencial de ionización representa la energía necesaria para separar un electrón de un átomo en estado gaseoso. Las lámparas PID están disponibles en diferentes valores de potencial de ionización, como 9,8 eV, 10,6 eV y 11,7 eV, cada una con una vida útil aproximada que varía según el modelo.
Es importante destacar que los sensores PID no reaccionan ante la presencia de compuestos con un potencial de ionización mayor, ni frente a gases inertes como oxígeno, nitrógeno o argón. Esto garantiza que el equipo ofrezca mediciones precisas y no se vea afectado por la interferencia de otros gases comunes.
Ventajas
- Alta sensibilidad y respuesta rápida a una amplia variedad de compuestos orgánicos volátiles (COV).
- No requieren tiempo de calentamiento, lo que permite mediciones inmediatas.
- Capacidad para medir concentraciones de contaminantes muy bajas.
Desventajas
- Sensibles a la presencia de compuestos no volátiles, lo que puede provocar falsas alarmas.
- Costo inicial y de mantenimiento más elevado que otros sensores.
- Necesitan una fuente de energía continua para la ionización de la llama.
Lea también: Innovaciones en tecnología de fermentación de gases
Beneficios e importancia de los sensores de gases
- Los sensores de gas son fundamentales para detectar fugas de gases como el monóxido de carbono en los hogares, evitando así intoxicaciones y posibles explosiones.
- Permiten identificar y advertir sobre la presencia de gases inflamables, tóxicos o asfixiantes en entornos donde pueden representar un riesgo para la salud y la seguridad de las personas.
- Ayudan a controlar la calidad del aire en áreas urbanas y rurales, contribuyendo a la identificación de fuentes de contaminación y facilitando la implementación de medidas para mejorar la salud pública y proteger el medio ambiente.
- Se utilizan en instalaciones médicas para garantizar la pureza del aire y prevenir la propagación de enfermedades, creando entornos más seguros para pacientes y personal sanitario.
- Al detectar y corregir fugas en sistemas de gas, los sensores ayudan a optimizar el consumo de energía y reducir los costos asociados con la pérdida de combustible.
- Gracias a su capacidad para detectar gases peligrosos en tiempo real, los sensores permiten una acción inmediata en situaciones de emergencia, minimizando el riesgo de lesiones y daños materiales.
- Ayudan a las empresas y organizaciones a cumplir con regulaciones y estándares de seguridad relacionados con la gestión de gases peligrosos, evitando sanciones legales y protegiendo su reputación.
Componentes de un sensores de gases
- Transductor: Convierte la señal generada por el elemento sensor en una forma que pueda ser procesada y utilizada por otros dispositivos electrónicos. Por ejemplo, un transductor puede convertir una señal eléctrica en una señal digital para su procesamiento.
- Circuito de acondicionamiento de señal: Este se encarga de amplificar, filtrar y procesar la señal del elemento sensor para mejorar la precisión y la fiabilidad de la detección de gases.
- Microcontrolador o procesador: Controla el funcionamiento del sensor y procesa los datos de salida para proporcionar información sobre la concentración de gases detectados.
- Fuente de alimentación: Proporciona la energía necesaria para alimentar el sensor y otros componentes electrónicos asociados.
- Interfaz de comunicación: Permite la comunicación del sensor con otros dispositivos o sistemas, como computadoras, controladores o redes de monitoreo, para transmitir los datos de detección de gases.
Tipos de gases que pueden ser detectados por los sensores
- Monóxido de carbono (CO): Un gas incoloro e inodoro producido por la combustión incompleta de combustibles fósiles. Es altamente tóxico y puede ser mortal en concentraciones elevadas.
- Dióxido de carbono (CO2): Un gas incoloro y denso que se produce naturalmente mediante la respiración de organismos y la combustión de carbono. Es esencial para la fotosíntesis, pero en altas concentraciones puede ser asfixiante.
- Metano (CH4): Un gas inflamable e incoloro que se encuentra comúnmente en la industria del gas natural y en el ambiente. Es un potente gas de efecto invernadero.
- Propano (C3H8): Un gas inflamable e incoloro comúnmente utilizado como combustible en aplicaciones industriales y domésticas, como en estufas y calentadores de agua.
- Butano (C4H10): Similar al propano, el butano es un gas inflamable que se utiliza ampliamente como combustible en aplicaciones domésticas y comerciales.
- Gas natural (principalmente metano con trazas de otros hidrocarburos): Un combustible fósil que se utiliza para calefacción, generación de electricidad y cocina. Es inflamable y puede representar riesgos para la seguridad si no se maneja adecuadamente.
- Vapor de gasolina: Un conjunto de hidrocarburos volátiles presentes en la gasolina, como el benceno, el tolueno y el xileno. Estos compuestos pueden ser tóxicos y peligrosos si se inhalan en altas concentraciones.
- Vapor de alcohol metílico (metanol): Un líquido incoloro e inflamable utilizado en la producción de productos químicos y como combustible. La inhalación de vapores de metanol puede ser tóxica para el sistema nervioso central.
- Vapores de disolventes orgánicos: Compuestos orgánicos volátiles (COV) utilizados en pinturas, solventes, limpiadores y otros productos industriales. Pueden ser irritantes para la piel y las vías respiratorias, y algunos son carcinógenos conocidos.
- Amoníaco (NH3): Un gas incoloro y altamente soluble en agua utilizado en la industria química y agrícola. La exposición a altas concentraciones de amoníaco puede causar irritación respiratoria y ocular.
- Óxidos de nitrógeno (NOx): Compuestos formados por la combinación de oxígeno y nitrógeno durante la combustión a alta temperatura, principalmente en motores de combustión interna y procesos industriales. Son precursores de la formación de smog y pueden ser irritantes para las vías respiratorias.
- Cloro (Cl2): Un gas denso y amarillo verdoso utilizado en la industria química y en el tratamiento de agua. La inhalación de cloro puede causar irritación severa en las vías respiratorias e incluso ser fatal en altas concentraciones.
- Dióxido de azufre (SO2): Un gas incoloro con olor acre producido por la combustión de combustibles fósiles que contienen azufre. Es un contaminante atmosférico importante y puede causar irritación en las vías respiratorias.
Tipos de detección
-
Fijo
Los detectores de gas fijos son dispositivos instalados de manera permanente en una ubicación específica, diseñados para detectar la presencia de gases peligrosos. Estos dispositivos pueden ser individuales o configurados en sistemas de detección múltiple, y se instalan en áreas donde pueda existir riesgo para la seguridad de las personas o las instalaciones. Su función principal es detectar fugas de gas tanto lentas como importantes, para alertar de manera temprana sobre cualquier problema potencial. Además de simplemente detectar gases, estos dispositivos suelen estar configurados para activar acciones de seguridad adicionales, como la apertura de respiraderos, el encendido de ventiladores, el cierre de válvulas, e incluso la detención automática de procesos en caso de emergencia.
Los detectores de gas fijos están conectados a un panel de control central, que es esencial para el funcionamiento del sistema de detección. Este panel recibe información de los detectores y puede tomar decisiones basadas en los niveles de gas detectados. Los paneles de control pueden comunicarse con múltiples detectores y sistemas a través de redes, lo que permite la supervisión remota de la situación. Existen diferentes métodos de comunicación con los detectores, desde analógicos, hasta digitales e inalámbricos, y se están desarrollando constantemente nuevas funciones para mejorar la eficacia y reducir el tiempo de exposición del personal a situaciones de riesgo.
-
Portátil
Los detectores de gas portátiles son dispositivos diseñados para la protección personal, ya que monitorean de manera continua el entorno respiratorio del usuario. Estos dispositivos, compactos, livianos y robustos, están diseñados ergonómicamente para llevarse fácilmente y de manera discreta. Se utilizan principalmente para el control cercano de la respiración en entornos de trabajo donde se pueda presentar riesgo de exposición a gases. También son empleados ocasionalmente para inspeccionar espacios confinados, como depósitos, antes de que alguien ingrese a ellos. Sin embargo, su uso está limitado a la vigilancia de corto alcance y no son adecuados para la monitorización continua de áreas extensas.
Los detectores portátiles registran información sobre la exposición a gases durante un turno laboral, así como eventos como alarmas o situaciones cercanas a accidentes. Estos datos pueden ser transferidos a una plataforma en la nube para obtener diversas ventajas, como mejorar la eficiencia operativa y cumplir con las regulaciones de seguridad. Además, ofrecen una forma sólida y adaptable de obtener información valiosa y procesable. Estas soluciones de datos proporcionan beneficios concretos para flotas portátiles de cualquier tamaño, ya sea que los detectores se utilicen en el lugar de trabajo, fuera de las instalaciones o en ambos entornos. En comparación con los sistemas fijos, los detectores de gas portátiles suelen tener un costo menor y funcionan con pilas. Sin embargo, es necesario que cada usuario reciba la formación adecuada para operar el detector correctamente. Además, estos detectores generalmente no están integrados directamente con otros sistemas de seguridad, por lo que si se activa una alarma, el usuario debe tomar medidas por su cuenta para mitigar cualquier riesgo para sí mismo o para otros.
Le puede interesar: Escasez de semiconductores un problema global de múltiples sectores
Te podría interesar...
Lo más leído
Cuando el mundo apenas está empezando a comprender las criptomonedas, llega otra tecnolo...
General Motors ha anunciado el cierre de sus operaciones de manufactura en Colombia y Ecua...
Qué es manufactura aditiva, historia avances e industrias. Descubre cómo está redefiniendo...
La versión de este año reunió 900 fabricantes que mostraron los avances en maquinaria indu...
Notas recomendadas por el editor
03/09/2015
Siemens reconoce a Kuka con el Premio de Excele...
Los logros del grupo aeroespacial de Kuka en el desarrollo de sistemas de control sofisticados para las tecnologías de automatizaci&oa
27/07/2016
Kuka inauguró su nuevo Centro de Desarrollo y T...
Con un evento totalmente dedicado a sus tecnologías, productos y soluciones para la Industria 4.0 y la digitalización de la prod
09/04/2018
Exportaciones manufactureras de Colombia crecen...
El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, anunció, mediante comunicado de prensa, que las exportaciones del sector manufacturero completaron cinco meses consecutivos de crecimiento. De acuerdo con la entidad, en febrero, el comportamiento positivo de las exportaciones colombianas estuvo impulsado por las ventas externas del sector agropecuario y de alimentos (9 %) y de los combustibles (8,9 %). La ministra de Comercio, Industria y Turismo, MarÃa Lorena Gutiérrez, manifestó su satisfacción por el resultado y explicó que la recuperación de la economÃa global incidió en el buen desempeño de las exportaciones colombianas. “El alza que muestran las exportaciones manufactureras es muy relevante. Esto es resultado de la polÃtica de diversificación de la oferta exportable en la que estamos empeñados y del trabajo de profundización y aprovechamiento de los acuerdos comerciales. Invito a los empresarios a seguir trabajando juntos en este proceso”, señaló la ministra Gutiérrez. El incremento de las ventas externas manufactureras en febrero estuvo impulsado por diferentes bienes. Productos como equipos de transporte (148,3%),  manufacturas de caucho (112,5%), abonos (97,6%), equipos y materiales fotográficos (93,1%), manufacturas de corcho y madera (89%), plásticos en formas primarias (78,5%), hierro y acero (51%), edificios prefabricados (46,5%), manufacturas de minerales no metálicos (46,3%) y productos medicinales y farmacéuticos (38,9%), entre otros, impulsaron esta clase de ventas. En cuanto al sector de las exportaciones agropecuarias y de alimentos se destacan productos como: pescado (155,9%), azúcares y preparados con azúcar y miel (111,7%), tabaco y sus productos (77,4%), aceites y grasas fijos de origen vegetal (71,6%), pienso para animales (50,7%), carne y preparados de carne (45,9%) y bebidas (42,5%), entre otros. Por otro lado, las exportaciones totales colombianas en el primer bimestre aumentaron 13,9 % al compararlas con igual periodo de 2017. Las manufactureras crecieron 20,5%, las agropecuarias y de alimentos 17,7% y las de combustibles 15,3% en los dos primeros meses del 2018. Argentina, con un incremento de 158%, Paraguay (133,2%), Canadá (135,4%), Austria (119,7%), Francia (83,4%), Corea del Sur (40,5%), Costa Rica (15,7%) y Estados Unidos (4,6%) son algunos de los socios comerciales a los que más crecieron las exportaciones colombianas en los dos primeros meses de este año.El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, anunció, mediante comunicado de prensa, que las exportaciones del sector manufacturero completaron cinco meses consecutivos de crecimiento. De acuerdo con la entidad, en febrero, el comportamiento positivo de las exportaciones colombianas estuvo impulsado por las ventas externas del sector agropecuario y de alimentos (9 %) y de los combustibles (8,9 %). La ministra de Comercio, Industria y Turismo, MarÃa Lorena Gutiérrez, manifestó su satisfacción por el resultado y explicó que la recuperación de la economÃa global incidió en el buen desempeño de las exportaciones colombianas. “El alza que muestran las exportaciones manufactureras es muy relevante. Esto es resultado de la polÃtica de diversificación de la oferta exportable en la que estamos empeñados y del trabajo de profundización y aprovechamiento de los acuerdos comerciales. Invito a los empresarios a seguir trabajando juntos en este proceso”, señaló la ministra Gutiérrez. El incremento de las ventas externas manufactureras en febrero estuvo impulsado por diferentes bienes. Productos como equipos de transporte (148,3%),  manufacturas de caucho (112,5%), abonos (97,6%), equipos y materiales fotográficos (93,1%), manufacturas de corcho y madera (89%), plásticos en formas primarias (78,5%), hierro y acero (51%), edificios prefabricados (46,5%), manufacturas de minerales no metálicos (46,3%) y productos medicinales y farmacéuticos (38,9%), entre otros, impulsaron esta clase de ventas. En cuanto al sector de las exportaciones agropecuarias y de alimentos se destacan productos como: pescado (155,9%), azúcares y preparados con azúcar y miel (111,7%), tabaco y sus productos (77,4%), aceites y grasas fijos de origen vegetal (71,6%), pienso para animales (50,7%), carne y preparados de carne (45,9%) y bebidas (42,5%), entre otros. Por otro lado, las exportaciones totales colombianas en el primer bimestre aumentaron 13,9 % al compararlas con igual periodo de 2017. Las manufactureras crecieron 20,5%, las agropecuarias y de alimentos 17,7% y las de combustibles 15,3% en los dos primeros meses del 2018. Argentina, con un incremento de 158%, Paraguay (133,2%), Canadá (135,4%), Austria (119,7%), Francia (83,4%), Corea del Sur (40,5%), Costa Rica (15,7%) y Estados Unidos (4,6%) son algunos de los socios comerciales a los que más crecieron las exportaciones colombianas en los dos primeros meses de este año.